Mi esposa siempre es mi gerente, tengo que informarle sobre a qué hora comer y dónde comer, ¡ni siquiera me permiten trabajar horas extras! Últimamente, todos los jueves mi mujer va al gimnasio y llega tarde a casa. Gracias a eso, puedo trabajar horas extras o salir a beber con mis compañeros. Algunos colegas bromearon diciendo que mi esposa podría estar teniendo una aventura. Yo no lo creí y simplemente lo dejé pasar. Este jueves decidí quedarme a trabajar horas extras, al lado de Arina que también estaba trabajando horas extras como yo. De repente se volvió y me preguntó: "¿De dónde crees que viene el adulterio?". No se me ocurre otra cosa que empezar por el sexo. Cuando regresé a casa, le volví a hacer esa pregunta a mi esposa. Ella parecía confundida y me dijo: "Está bien si no te descubren, ¿verdad?". Llegó el jueves siguiente y Arina siguió trabajando horas extras conmigo. Esta vez de repente me preguntó: "¿Quieres besarme?". Y a partir de ese momento, todos los jueves, trabajábamos horas extras y nos besábamos apasionadamente. Y entonces, el beso ya no me satisfizo. Cuando dije que quería follarla, Arina inmediatamente sonrió feliz, ella también estaba esperando mis palabras. ¡Y oficialmente estoy teniendo una aventura! Pero aun así el sentimiento de culpa no es tan grande como pensaba, tal vez porque en el fondo también entiendo que mi esposa está haciendo lo mismo en alguna parte…